( Ruego funcional )

 

Devuélveme los ojos. 

No creas que no he visto 

cómo los tendías a secar 

los lunes y los jueves. 

Parezco un hombre 

imposible con estos orificios 

horrendos. 

No seas tan ladrona 

y devuélveme mis ojos. 

A cambio te daré los sellos 

de Namibia que te faltan, 

o si no las caricias 

que me pides cuando estoy ocupado. 

Sin ojos, y sin ti, no soy ya nadie. 

No seas terca, mujer, 

pónmelos un rato. 


 
De O PODRÍAMOS AMARNOS SIN QUE NADIE SE ENTERE 1989

 


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