GANGLIO CENTINELA

El desprecio no sirve para dormir
con las ventanas cerradas,

ni para dar sabios consejos
al que no termina de mostrarse.
Sorben el alcohol exigido,
aparta su ropa de la silla
y aún le aflige ser cruento
con la imagen de la madre
que acepta su suerte.

(Cristina cose faldas,
escucha la novela en la radio.

Los tres aguardaban discursos
ociosos puestos en boca
del más remolón).

La galería y al fondo del monte
otro monte turbador que averigua.
San Isidro y la miel.

Quién iba a pensar
que no estaríamos juntos
para conmemorar fechas
difíciles. Un domingo como hoy
lejos de ti. Quién me acaricia
con bondad el pasado

como si fuera un embuste.

 

De A LA QUE FALTA 2013
 


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